“Hace veinte años justos, el 9 de noviembre de 1932, tuvo lugar la mayor catástrofe habida en Cuba: el ras de mar que acabó con Santa Cruz del Sur, la alegre población Camagüeyana. Miles de muertos, millones de pesos en pérdidas; un espectáculo dantesco, horrible...”
- La Invasión Libertadora en Camagüey: Avanza de Caridad a Guamabo, en total 4 leguas recorridas.
• 1879 -
- La Guerra Chiquita o revolución de Calixto García, secundada por Francisco Carrillo en San Juan de los Remedios.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 633-634 nos describe los acontecimientos del 9 de noviembre de 1879 en la Historia de Cuba:
“El pacto de El Zanjón, principio del fin de la contienda bélica sostenida por los cubanos durante diez años en pos de la independencia patria, no fue para muchos de los que lo aceptaron sino mera tregua. El intento del general Antonio Maceo, tan animoso como en los mejores tiempos después de su entrevista con el general Arsenio Martínez de Campos en Baraguá, resulto baldío. Pero había transcurrido poco más de un año cuando, en agosto de 1879, resonó de nuevo el clarín guerrero en Oriente, "la tierra de las grandes energías y de las grandes desobediencias". Oriente no participaba de la conformidad que reinaba en otras partes de la Isla y que con tesón insuperable predicaba el Partido Liberal, el partido autonomista, apegado sobre todo y a todo trance al principio de que era necesario sostener inalterable la paz pública.
“En Oriente tomaron por su cuenta la nueva demanda José Maceo, Guillermo Moncada, Belisario Peralta, Limbano Sánchez, Francisco Varona, Jesús Rabí, Gregorio Benítez y Emiliano Crombet, entre otros, secundados por unos seis mil hombres, dispuestos a luchar por la causa de la emancipación. Pero no fue Oriente la única región que estuvo alerta y respondió al nuevo llamamiento cívico. También la provincia de Santa Clara dio señales inequívocas de que en su seno persistía, a modo de fuego sagrado, la aspiración de librarse de la tutela colonial. Hombres hubo allí -Serafín Sánchez, Francisco Carrillo y Emilio Núñez, verbigracia- que contribuyeron con su decisión a reencender la guerra.
“El 9 de noviembre de 1879 Francisco Carrillo, veterano de la guerra de los Diez Años, se sublevó en la ciudad de San Juan de los Remedios, de concierto con instrucciones recibidas de Calixto García Iñiguez. Carrillo libró en poco tiempo acciones de importancia, ora combatiendo en Potrero Cabrera, Sabanas Nuevas, Tienda de Cintra, Ingenio Viejo, Jiquibú, Ajenjibral, Pesquera, Canibas, Dionisio Lazo y Seborucales, ora tomando las posiciones del enemigo. Dirigió magníficas cargas al machete. Y paso por el duro trance de ver caer a su hermano Sixto, atravesado el pecho por la fusilería de los servidores del régimen colonial.
“Tantos y tan señalados afanes resultaron ineficaces por el momento. El general Francisco Carrillo, casi por completo aislado en el teatro de sus operaciones, se vio compelido a aceptar del gobierno español puerto libre para abandonar la Isla. Ante éxito tan desastroso para los patriotas, ¿pudo acaso decirse que todo había sido inútil? Aquella rebelión -la Guerra Chiquita o revolución de Calixto García- constituyo algo así como la prueba y el aviso de que el pacto de El Zanjón, lejos de ser la tumba de los ideales emancipadores, abrió únicamente un breve paréntesis en las luchas del cubano por la creación de la República.”