• Santos católicos que celebran su día el 11 de marzo:

- En el Almanaque Cubano de 1921:

La Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Santos Eulogio, Ramiro y Vicente, mártires y Santa Aurea, virgen

- En el Almanaque Campesino de 1946:

Santos Eulogio, Ramiro y Vicente, mártires y Santa Aurea, virgen

• Natalicios cubanos:

Gómez Toro, Francisco: -Hijo del Generalísimo y su esposa, Bernarda Toro, nació el 11 de marzo de 1876 en los montes llamados de la Reforma y murió sobre el campo de batalla el 7 de diciembre de 1896 junto a Antonio Maceo, de quien era ayudante. Máximo Gómez lo dejó al cuidado de José Martí, a quien acompañó en calidad de secretario durante su peregrinación patriótica por Estados Unidos cerca de los emigrados cubanos. Después que el Apóstol y su padre salieron para Cuba, se incorporó en activo en el Ejército Libertador. Sus restos se encuentran enterrados junto con los de Maceo en el Cacahual.

El 11 de marzo en la Historia de Cuba

• 1896 -

- Antonio Maceo en Nueva Paz.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 147-148 nos describe los acontecimientos del 11 de marzo de 1896 en la Historia de Cuba:

   “Cuando el general Antonio Maceo abandonó la provincia de Matanzas en marzo de 1896 abrigó la idea de hacerse sentir en la de La Habana. Le parecía que la zona de Güines demandaba su acción, siquiera fuese de paso, ya que su objetivo principal era trasladarse sin mayor tardanza a Vuelta Abajo. Se separó del Generalísimo en la raya divisoria de Matanzas y La Habana. El nuevo plan de Maceo consistía en internarse en la región pinareña.

   “Maceo dispuso las cosas de suerte que el 11 de marzo de 1896 se encaminó hacia Nueva Paz. Inició la marcha con las precauciones que aconsejaba la cercanía del enemigo. No hubo asomos de polémica sino a las puertas del pueblo de Nueva Paz. Casi al tiempo de ser divisado el caserío por la columna insurrecta, la española que allí se hallaba rompió el fuego con bríos. Imposible, o poco menos, era trabar acción en aquellos momentos. El terreno, pantanoso en demasía, dificultaba las más elementales maniobras estratégicas, y fue necesario elegir, bajo el plomo del adversario, escenario más adecuado para la lucha en tanto el general Lacret contenía el avance de aquél.

   “"En terreno más a propósito para que pudieran maniobrar las dos armas -escribió José Miró-, desplegó en batalla nuestra infantería, y el General se puso al acecho con los escuadrones de reserva para meter el viaje si los españoles se arriesgaban a cruzar los pantanos del Guanamón. Ordenó al coronel Cárdenas que reforzara la retaguardia con uno de los escuadrones de La Habana y que buscara la oportunidad de correrse hasta el central Nueva Paz, para recoger los materiales de guerra. La columna enemiga se mantuvo en el terreno que eligió al inaugurarse la pelea, sin meterse en los lagunatos del Guanamón, pero logró impedir el acceso al caserío de Nueva Paz."

   “Aunque los españoles, en nota oficiosa facilitada en la Capitanía General, se adjudicaron un triunfo poco menos que ruidoso al cabo del hecho de armas de Nueva Paz, todo no pasó de ser un combate sin consecuencias notables. El general Maceo no pudo penetrar en el pueblo de Nueva Paz. Mas lo sucedido allí, el combate del 11 de marzo de 1896, en nada torció sus proyectos. El Lugarteniente General del Ejército Libertador llegó a alentar la idea de asaltar en la noche de aquel día la villa de Güines. El héroe estaba muy lejos de sufrir la maltrecha situación que Weyler y sus conmilitones le atribuían.”