10 de Marzo en el Calendario Cubano
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10 de Marzo
10 de marzo - En la Ciudad de Camagüey
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• Santos católicos que celebran su día el 10 de marzo:

- En el Almanaque Cubano de 1921:

Santos Víctor Cayo, Cipriano, mártires y Santa Berenice, mártir

- En el Almanaque Campesino de 1946:

Santos Víctor, Cayo, Cipriano y Melitón, mártires y Santa Berenice, mártir


Guije.com - estudios en la cultura y la historia de Cuba El 10 de marzo en la Historia de Cuba

• 1952 -

- El General Fulgencio Batista entró en cuartel militar Columbia, Marianao, de madrugada con un grupo de partidarios, destituyó a los jefes del Ejército adictos a Prío y asumió el mando del ejército y de la nación. El doctor Prío, Presidente de la República de Cuba, se asiló en la Embajada de México, de donde se trasladó a los Estados Unidos. Batista permaneció al frente del Gobierno de Cuba hasta el 31 de diciembre de 1958 que renunció.


• 1896 -

- Máximo Gómez y Antonio Maceo conferencian en Galeón, Matanzas.

- José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Occidente) - Tomo II: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942, páginas 126-132 describe los acontecimientos del 10 de marzo de 1896 en la Historia de Cuba:

   ...“Al divisarse la vanguardia del general Gómez, tocóse formación para recibir con los honores de ordenanza el jefe del ejército, que nos traía la infantería oriental y otros refuerzos, para con ellos nutrir la columna invasora al mando de Maceo. Conferenciaron los dos caudillos. Nuestra tropa prorrumpió en aclamaciones de júbilo, pero pudo observarse que la infantería de Oriente venía en estado deplorable, y que faltaban de sus filas algunos veteranos: el plomo enemigo había dado cuenta de muchos soldados valerosos. El semblante de Máximo Gómez no revelaba tampoco satisfacción, sino pesadumbre; había perdido recientemente a uno de sus subalternos más queridos, Angel Guerra, y experimentado otros quebrantos.

   “El general Gómez se separó de Maceo el día 21 de Febrero con el objeto de apresurar la marcha de la infantería de Oriente, cuya tardanza era inexplicable. El general Gómez, en su ruta hacia el Hanábana, tuvo que luchar con fuerzas españolas que se oponían a su paso al través de las líneas férreas; pero tuvo la buena oportunidad de revistar las fuerzas de Lacret, y abrirles camino para su incorporación inmediata al cuartel general de Maceo. Hasta el día 7 de Marzo anduvo Gómez en dirección al departamento central, y en las márgenes del río Hanábana sostuvo otro combate, sin que ello fuese obstáculo para que al día siguiente, en el punto conocido por Dos Rocas, tuviera ya bajo su mando a la infantería del brigadier Bandera, con más dos escuadrones de Antonio Núñez, algunas fuerzas de Francisco Pérez y otras fracciones de Las Villas al mando de José Camacho; como jefe expedicionario iba el brigadier Angel Guerra. La columna que reunió el general Gómez, ascendía próximamente a 3.000 hombres, pero de ellos sólo un millar estaba armado y con escasos pertrechos. Marchando Gómez al día siguiente en dirección opuesta, a fin de reunirse cuanto antes con Maceo, acampó en el ingenio Santa Rita, en una colonia denominada Algarrobo, en donde fue atacado por el general Prats, que le seguía la pista desde el 4, y sabía perfectamente el lugar que aquel ocupaba. Al anunciarse el enemigo por el tiroteo de las avanzadas de Gómez, este dispuso que la infantería de Bandera y los escuadrones de Núñez se alejaran del campo para que no experimentaran los efectos de la agresión, porque era su mayor empeño que dichas fuerzas se incorporaran a la columna de Maceo en el mejor estado posible. El fuego del enemigo arreciaba, y el general Gómez, impetuoso, como siempre, salió a contenerlo; pero como quiera que el acceso a las posiciones de los españoles tenía que verificarse por un callejón de monte, al desembocar por esta vía, recibieron los jinetes de Gómez el fuego mortífero de los infantes apostados, y sólo algunos lograron encararse con el enemigo, para pagar con la vida su temerario arrojo. Inútiles los esfuerzos de la tropa cubana para desbaratar las líneas del contrario, tuvo que retroceder con pérdidas considerables y muy sensibles: 12 muertos y 42 heridos. En la arremetida cayó Angel Guerra, hombre rudo, pero muy bravo, que había sido herido pocos días antes en el combate de la Olayita (otro desastre para las armas cubanas). La muerte de Angel Guerra fue llorada, por todos sus compañeros, y especialmente por el general Máximo Gómez a quien había acompañado en Santo Domingo, y vino con él en la expedición que lo condujo a las playas de Cuba, junto con Martí, Francisco Borrero y otros patriotas valerosos, casi todos desaparecidos. Para dar una idea de lo tremendo que fue el combate, bastará decir que la escolta del general Gómez, compuesta de 50 hombres, tuvo 16 bajas.

   “"El general Prats, desde el ingenio de Santa Rita de Baró, dijo el día 9 que estudiando el movimiento que imprimía a su marcha el general Máximo Gómez, trató de cortarle el avance, logrando encontrar al enemigo el 8 en el potrero del mismo ingenio, donde, por la línea que cubría, lo creyó en número de 4.000 hombres, diciéndose que iban los cabecillas Quintín Bandera, Angel Guerra y Morejón, todos mandados por Gómez. Del potrero los desalojó después de una hora de fuego en la colonia Algarrobo, donde se hicieron fuertes. A las cuatro de la tarde se retiraron hacia la Granja Modelo, donde se prepararon a la defensa de un arco de círculo, con ánimo de envolver a la caballería de Prats. Llegada la infantería, hizo fuego por descargas, tomándole las posiciones y dispersándolo hacia Marcos. La acción duró desde la una hasta las cinco y media. Resultaron heridos graves dos soldados y cuatro caballos muertos. El enemigo tuvo 24 muertos, que dejó sobre el campo, y muchos heridos, que se llevó, y 60 caballos muertos. Se le cogieron armamentos y efectos. Continuó la operación por el callejón de Loma de Pájaro, dispersando varios grupos enemigos, a los que hizo tres muertos, cogiéndoles caballos, el 9. Seguido rastro, lo persiguió por el ingenio Asturias, hasta el demolido Marcos, donde había acampado Gómez con Qintín Bandera. Noticias de los alrededores dicen que las bajas han sido numerosas, y entre ellas un titulado general de prestigio. El enemigo continuaba con rumbo a la Ciénaga por Manjuarí".

   “Al día siguiente de la infortunada acción de Algarrobo, el general Gómez despachó a los heridos para Manjuarí y siguió la marcha a Galeón, enviando al coronel Núñez de vanguardia a fin de que Maceo supiera con algunas horas de anticipación la llegada del jefe del ejército. El día 10, como queda referido, llegó Gómez al campamento con la infantería de Oriente.”...

   ...“En el campamento de Galeón, en presencia de las tropas listas de marcha, despidiéronse Gómez y Maceo después de esbozar el plan de campaña que cada uno iba a desarrollar en su respectivo teatro: el primero en las Villas, y el segundo en Pinar del Río. Los dos caudillos se dieron un estrecho abrazo. Los designios del porvenir, siempre velados a la humana penetración, no podían infundir el temor ni la sospecha de que aquella despedida, tan ardorosa, sería la postrera: Los dos hombres extraordinarios que simbolizaban la vida de la Revolución y eran el alma de la guerra, no volverían a encontrarse juntos en ningún otro lugar de la batalla.”


• 1855 -

- Consejo de Guerra condenó a don Ramón Pintó.


• 1818 -

- José Pablo Valiente y Bravo.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 145-146 nos describe los acontecimientos del 10 de marzo de 1818 en la Historia de Cuba:

   “José Pablo Valiente y Bravo fue uno de aquellos hombres que en las postrimerías del siglo XVIII contribuyeron a crear civilización en Cuba. Sus iniciativas fecundas, su honradez acrisolada, su integridad y su consagración al bienestar de la Isla, desde que fue llamado a inmiscuirse en los asuntos de esta Antilla, fueron magníficas. Se ganó la gratitud de sus contemporáneos y de la posteridad quien como él pudo ser varón prudente y letrado.

   “Valiente nació en Cumbres Mayores. Inició su vida pública siendo catedrático de la Universidad de Sevilla. Pasó a México en calidad de oidor de la Audiencia. Allí se hallaba cuando, en 1791, atendiendo una antigua solicitud del capitán general de Cuba, se dispuso su traslado a La Habana para que se encargase de la dirección de las rentas de la Colonia. En 17 de febrero de 1792 tomó posesión de la Intendencia General de Hacienda. Su labor al frente de tan importante ramo de la Administración correspondió a las esperanzas que había hecho concebir la justa fama que lo precedía al arribar a Cuba.

   “Motivos de sobra hubo, conocida ya su conducta, para que en 1799 se le designase consejero de Indias, elevado cargo en el desempeño del cual siguió prestando servicios eminentes. En España, en Tudela, lo sorprendió la muerte en octubre de 1817. Cuando se supo en La Habana la infausta novedad los lamentos públicos se repitieron. La Real Sociedad Patriótica, de la que había sido promotor entusiasta y eficaz, preparó un homenaje digno de su memoria. Y el vecindario, agradecido también por los beneficios recibidos del ilustre economista, quiso poner de manifiesto aquel sentimiento de gratitud. Distintos personajes de la población y autoridades organizaron la solemnidad religiosa que se efectuó el 10 de marzo de 1818 en la catedral de La Habana. En la ceremonia, realzada por una concurrencia numerosa, ofició el obispo de Chiapa, Salvador Sanmartín, y pronunció el elogio del desaparecido el sacerdote y filósofo cubano Félix Varela.

   “Lo más notable de cuanto entonces hubo en La Habana como homenaje póstumo a Valiente fue el elogio pronunciado por Varela. La elocuencia cubana, por boca del claro pensador, alcanzó envidiable altura. Dijo cómo era cierto que el voto de los buenos y las miradas de los conscientes seguían las sombras fugitivas del hombre que entraba y se escondía en la región de la inmortalidad, y que los ayes lastimeros atravesaban los mares y llegaban al suelo, patrio, y que mil voces, animadas por la gratitud y dirigidas por el justo aprecio, repetían los ecos del lamento.”


• 1817 -

- Real Cédula concediendo Escudo de Armas a la ciudad de Puerto Príncipe (Camagüey).


• 1610 -

- En Cabildo de La Habana de esta fecha, fue acordado por la justicia y Regimiento, que den pan de 16 onzas, bien cocido y sin olor, y 32 onzas de pan blanco acemitas, por un real y 14 onzas de vela de cebo por un real, bajo la pena de que el que lo contrario hiciere será condenado en cuatro ducados.



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Última Revisión: 1 de Septiembre del 2008
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