7 de Marzo |
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Puerto de La Habana |
• Santos católicos que celebran su día el 7 de marzo: |
- En el Almanaque Cubano de 1921: |
Santo Tomás de Aquino, doctor y confesor, patrono de las Escuelas Católicas |
- En el Almanaque Campesino de 1946: |
Santos Tomás de Aquino, doctor y confesor Pablo y Gaudioso, confesores |
El 7 de marzo en la Historia de Cuba |
• 1885 - |
- En Santiago de Cuba fue fusilado el mayor general Ramón Leocadio Bonaechea, que con otros compañeros venía de Jamaica en una pequeña expedición (como parte de la Guerra Chiquita) capturada en aguas de Manzanillo, siendo conducidos a Santiago para su ejecución. |
• 1863 - |
- Disposición del Gobernador Político Corregidor, para que desde el día 10 del corriente mes se recojan en La Habana las basuras de intra y extramuros diariamente, de las once de la noche a las cinco de la mañana, tanto en las calles que corren de norte la sur como en las que van en dirección contraria. |
• 1839 - |
- Muere en Toluca el notable poeta cubano cantor de “El Niágara”, José María de Heredia. |
• 1825 - |
- López de Santa Anna. |
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 139-140 nos describe los acontecimientos del 7 de marzo de 1825 en la Historia de Cuba: |
“La conspiración de los Soles y Rayos de Bolívar había demostrado que existían ansias de libertad en Cuba. La persecución y la violencia mataron aquel intento, pero nuevos esfuerzos surgieron para mantener vivo en la conciencia antillana el espíritu de rebeldía. Laborar en el país resultaba difícil, cuando no imposible. En cambio, en suelo extranjero tuvo altares el culto patriótico de los hijos de la Isla. |
“México ofreció franca y leal hospitalidad a los cubanos proscritos. En 1825 se desarrollaron allí nobles iniciativas tendientes a la liberación de Cuba. El Presidente de la República, Guadalupe Victoria, fue explícito y categórico en la expresión de sus votos en aquel sentido. Antonio López de Santa Anna, general de brigada de los ejércitos de la República y gobernador y comandante general de Yucatán, fue más allá en sus planes. En el primer trimestre de 1825 preparó una expedición compuesta de unos quinientos hombres, la que debía dirigirse a La Habana y echarse sobre las fortalezas de esta plaza. Y el 7 de marzo firmó una proclama enderezada a los habitantes de la Isla y concebida en estos términos: |
“"Una falange libertadora, a las órdenes del C. capitán Ricardo Toscano, joven que por sus prendas personales merece mi confianza, va a pisar vuestro suelo, aposesionarse de una fortaleza con el objeto de proteger vuestra independencia y libertad, por las cuales suspiráis. |
“"Consiguiente a esto, la seguridad de vuestras personas y propiedades es la primera garantía que os ofrecerá. Españoles liberales y americanos independientes formarán una familia, y procurarán de consuno sacudir el yugo ominoso del gobierno opresor. A esto os excitan vuestros hermanos de la República Mexicana, y al efecto marchan con entusiasmo a ayudaros y sosteneros. No pretenden dominaros: vuestros representantes decidirán la forma de gobierno que convenga a vuestra felicidad. Sus auxilios son gratuitos, e impelidos por los principios generales de fraternidad, justicia e interés mutuo. |
“"El Presidente de la República, el general Victoria, desea ardientemente vuestra emancipación, y mis operaciones son conformes a sus particulares encargos: contad, pues, sobre todo, con el influjo y poder de este ilustre patriota. |
“"Yo tendré la gloria de estar con vosotros muy en breve, y espero entre tanto tendréis la de llenar vuestro deber hacia la patria. El valor, el honor y la virtud presidan vuestras acciones y la más sincera unión conduzca a todos al grandioso fin, al éxito feliz de la más sublime empresa. |
“"Vuestras sienes se ceñirán con laureles inmarcesibles en la posteridad, y vuestros nombres serán trasmitidos con admiración al porvenir, dejando a vuestros hijos la herencia preciosa de la libertad." |
“El esfuerzo no pasó del grado de tentativa. Los expedicionarios agrupados por López de Santa Anna llegaron a estar embarcados en dos o tres bajeles fondeados en Campeche. Pero graves nuevas hicieron desistir de la realización inmediata del empeño. Supieron allá que, procedentes de La Coruña, habían llegado a La Habana dos mil individuos de tropa. La noticia torció inmediatamente el rumbo de las cosas. Los casi invasores comprendieron que eran necesarios mayores elementos de combate, y aquel proyecto no pasó de tal, detenido por adversos designios.” |