• Santos católicos que celebran su día el 17 de septiembre:

- En el Almanaque Cubano de 1921:

La Impresión de las Llagas de San Francisco de Asís, San Pedro Arbués, mártir y Santa Columba, virgen y mártir

- En el Almanaque Campesino de 1946:

La Impresión de las Llagas de San Francisco de Asís, San Pedro Arbués, mártir y Santa Columbia, virgen y mártir

• Natalicios cubanos:

Arnao Alfonso, Juan: -Nació en Matanzas el 17 de septiembre de 1812, hijo del notable ingeniero catalán José que vino a Cuba y laboró con amor y provecho en ella y por ella. Escritor, poeta, polígloto y patriota de acción. Estuvo complicado en el movimiento de la “Mina de la Rosa cubana”, cooperando decididamente en el intento independentista de Narciso López. Al estallar el Grito de Yara fue uno de los más activos jefes de la zona de Matanzas. Vino en la expedición del “Lillian” (los famosos “cazadores de Hatuey”) que comandaba el eximio Goicuría. Publicó en Nueva York “Páginas para la Historia de Cuba” y “Cuba, su presente y su porvenir”. Después del compromiso del Zanjón presidió uno de los clubs revolucionarios de la cosmópolis norteamericana, siendo uno de los fundadores del Partido Revolucionario Cubano del Apóstol José Martí. Murió el 6 de marzo de 1901, en la ciudad de Guanabacoa, a los 89 años de una vida agitada siempre al servicio de Cuba, pobre, olvidado...

Su hermano Ramón Ignacio, gemelo en el talento, en la actividad, mejor escritor tal vez, estuvo también con López y por ello deportado a Ceuta, pero de un temple moral menos afinado que Juan ya que acompañó al filibustero yanqui Walker en sus rapacidades y crímenes por Centroamérica. Juan permaneció fiel a su ideario de cubanidad suprema; Ramón Ignacio, sin renegar de ella, necesitaba para su temperamento de la aventura y de la actividad... donde las hallara allá estaba él: un buen tipo de humanidad desorientada, con excesivo talento, pero sin el freno del ideal fijo.

Cruz Fernández, Manuel: -Nació en La Habana el 17 de septiembre de 1861 y murió en Nueva York el 19 de febrero de 1896. Historiador emérito que mantuvo encendido el culto a la patria nativa con sus trabajos y artículos. Fue uno de los que con José Martí trabajaron en la organización de la guerra. Secretario de Estrada Palma, Delegado de la Revolución en Estados Unidos. En 1924 sus hijos, singularmente Carlos Manuel, publicaron “Obras de Manuel de la Cruz” (Editorial Calleja, Madrid) que forman siete volúmenes de escritos de este ilustre habanero por ellos mismos recopilados con piedad filial y con devoción patriótica. El 10 de octubre de 1918 se inauguró el busto que la ciudad de La Habana le erigió en Paseo de Martí y Neptuno frente al Parque Central. Recompensa al hombre que recorrió la isla, conferenció con los que arma el brazo esperaban la señal de reanudar la guerra; al colaborador enérgico, activo y hábil en la ardua tarea de aunar discordes voluntades, decidir a los remisos y encender los espíritus enfriados. Despejó las dudas del "gran Guillermón", que vacilaba, por el color de su piel, en ponerse al frente de tropas blancas y fue su gran triunfo la conquista del árbitro de la paz en la región oriental.

González Quijano, Francisco M.: -Nació en Remedios el 17 de septiembre de 1862 y falleció en La Habana el 14 de abril de 1926. Se educó en Sagua la Grande, fundó “La Voz del Pueblo”, que fue el heraldo de las ideas separatistas en aquella zona de la Provincia de Las Villas. Tuvo que emigrar a Estados Unidos en donde conspiró y cooperó a la fundación del Partido Revolucionario, figurando en todo acto o empresa separatista. Por su conocimiento de la taquigrafía pudo tomar algunos de los discursos de José Martí. Al cesar la dominación española regresó a Cuba, afiliándose en política al Partido Liberal, en cuya organización ocupó cargos importantes y siendo al mismo tiempo un orador respaldado por el favor del pueblo.

El 17 de septiembre en la Historia de Cuba

• 1896 -

- Antonio Maceo en Remates de Guane.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 527-528 nos describe los acontecimientos del 17 de septiembre de 1896 en la Historia de Cuba:

   “Una semana transcurrió desde que el general Antonio Maceo decidió acudir a Cabo Corrientes, con noticias concretas ya de la llegada de la expedición de Rius Rivera, hasta encontrarse, en Remates de Guane, en víspera de recibir los importantes pertrechos aguardados. ¡Cuántas vicisitudes se habían desarrollado en los días precedentes al momento feliz! La campiña mantuana, una vez más, quedo recorrida por las huestes libertadoras. Las cosas se presentaban en forma satisfactoria para los servidores de la independencia patria.

   “Bastante fue todo aquello para enardecer a los cubanos. La esperanza de llegar en breve a la posesión de cuantiosos elementos de guerra había dejado de ser una ilusión. La realidad ofrecía bienes incalculables. La fe y el entusiasmo animaron a los criollos, y éstos marcharon sin tregua ni descanso hacia el lugar designado para el alijo.

   “Desde el 14 de septiembre de 1896 las huestes de Maceo se hallaron en la zona de Remates de Guane. Aquella comarca, una de las que más combatientes dieron a la Revolución en el occidente cubano, se vio entonces invadida por las fuerzas libertadoras. Los destacamentos del teniente coronel Manuel Lazo prestaron servicios eficacísimos. A los expedicionarios depararon los medios necesarios para el desembarco y deposito provisional de los pertrechos bélicos. A los aguerridos soldados a las órdenes inmediatas del Lugarteniente General del Ejército Libertador brindaron magnífica cooperación.

   “El 17 de septiembre de 1896 las tropas de Maceo se movieron en Remates de Guane con la decisión de encontrar a los expedicionarios. De La Grifa partieron en las primeras horas de la mañana. El General quiso avanzar con su escolta hasta Puerta de la Güira. Allí recibió el Lugarteniente informes exactos acerca de los expedicionarios. Ya al día siguiente, sin género alguno de duda, unos y otros, veteranos y emigrados, se hallarían confundidos en suelo de Cuba libre.

   “La presencia de Antonio Maceo en Remates de Guane, con prescindencia de la relación de este hecho con la expedición de Rius Rivera, tenía una enorme significación. El héroe salido del extremo oriental de la Isla estaba dando satisfacción al deseo de las mujeres camagüeyanas que le habían entregado una bandera cubana para que la hiciese ondear en un risco del cabo de San Antonio. Hallarse en Remates de Guane, como el General se hallaba, era tanto como estar cumpliendo el heroico anhelo de aquellas patriotas.”