• Santos católicos que celebran su día el 11 de abril:

- En el Almanaque Cubano de 1921:

Santos León el Magno, papa, Isaac y Felipe, confesores

- En el Almanaque Campesino de 1946:

Santos León el Magno, papa, Isaac y Felipe, confesores

• Natalicios cubanos:

Pérez Montes de Oca, Julio: -Nació en el Cobre (finca Melgarejo) el 11 de abril de 1839 y murió en Artemisa el 25 de septiembre de 1875. Poetisa que publicó por vez primera en “El Redactor” de Santiago de Cuba. Fue a La Habana al casarse su hermana mayor, la poetisa Luisa, con el doctor Zambrana y colaboró en los periódicos y revistas al par de aquella. Otros del extranjero le reprodujeron algunas composiciones, siendo además consagrada por los críticos de su tiempo, entre los cuales Pozos Dulces, que la elogio en “El Siglo”, y Azcárate y Aldama en sus tertulias literarias. Sus “Poesías” fueron publicadas, años después de su muerte, en un tomo que editó el bibliógrafo Domingo Figarola Caneda. “Desesperación”, “Abril”, “La alborada”, “El arroyo seco”, “El bosque en flor”, son composiciones que quedan como recuerdo de uno de los valores más positivos de la lírica cubana.

Río Rodríguez, Alejandro del: -Nació en Remediosel 11 de abril de 1812 y falleció (fusilado) el 10 de octubre de 1872. Doctor en Farmacia, patriota esclarecido, benefactor de su ciudad, constituyente en Guáimaro. Cayó preso cuando iba a Sancti Spíritus y no obstante acudir todas las clases sociales de su pueblo natal sin distinción ante el capitán general en demanda de clemencia fue inmisericordemente fusilado por los militares españoles. La ciudad de Remedios colocó una lápida en la casa en donde nació en rememoración de su cubanidad ardiente y de su altruismo en esa villa.

El 11 de abril en la Historia de Cuba

• 1895 -

Diario de José Martí en Cuba.

José Martí, Máximo Gómez, Francisco Borrero, Angel Guerra, Marcos Rosario y César Salas desembarcan en Playitas.

• 1869 -

- La Cámara de Representantes.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 209-210 nos describe los acontecimientos del 11 de abril de 1869 en la Historia de Cuba:

   “La Asamblea Nacional había cedido su puesto en la tarde del 11 de abril de 1869 a la Cámara de Representantes. Tan luego como Carlos Manuel de Céspedes declaró terminados los trabajos de aquélla, sin dilación alguna, comenzó la existencia del cuerpo legislativo de la República, de concierto con la constitución votada, firmada y ratificada. Los mismos hombres, exceptuando a Céspedes, que habían suscrito la carta fundamental integraron la Cámara, cuyo acto inicial tuvo que ser, naturalmente, el de la elección de su mesa. En votación secreta resultaron designados Salvador Cisneros y Bentancourt para presidente, Ignacio Agramonte y Antonio Zambrana para secretarios, Miguel Jerónimo Gutiérrez para vicepresidente y Miguel Betancourt y Eduardo Machado para vicesecretarios.

   “El momento de iniciar las deliberaciones de la Cámara había llegado. Zambrana propuso, y así se decidió, que el primer acuerdo consistiese en disponer que la gloriosa enseña enarbolada por Céspedes se fijase en la sala de sesiones y se considerara parte integrante del tesoro de la República.

   “La Cámara se hallaba en la oportunidad y el deber, para que el país viese completando su organización, de ejercer una de sus más altas atribuciones: la de nombrar, conforme a lo estatuido en la Constitución, al Presidente de la República y al General en jefe del Ejército. No bien hubo anunciado Cisneros y Betancourt que iba a procederse a cumplir el mencionado precepto, la Cámara, por aclamación, designó para cubrir tan importantes cargos a Carlos Manuel de Céspedes y a Manuel de Quesada. Ambos en breves palabras expresaron que aceptaban la carga que sobre sus hombros ponía Cuba y agradecieron la prueba de confianza que entrañaba la elección en ellos recaída. El Presidente de la República propuso en seguida para ocupar la Secretaría de la Guerra a Francisco Vicente Aguilera, y, al aceptarse entre aplausos la indicación de Céspedes, se resolvió asimismo, a iniciativa de Zambrana, que constase en acta el agrado con que la Cámara había recibido el nombre de quien, por las señaladas muestras de patriotismo, y grandeza que había ofrecido, era merecedor de todos los honores.

   “Céspedes pidió nuevamente la palabra. Después de despojarse de las insignias de su mando de Capitán General de Oriente, habló. Nada pudo ajustarse más a las conveniencias patrias que la oferta que hizo de su abnegación en la defensa del compromiso contraído ante la América independiente, ante el mundo liberal y ante la propia conciencia. Grande entusiasmo provocó en todos la actitud del caudillo.

   “Cuando logró restablecerse la calma, la Cámara continuó en sesión, en la que, sin embargo, no se adoptó ningún otro acuerdo. La solicitud de varios ciudadanos relativa a cierta manifestación oficial respecto de la anexión de Cuba a los Estados Unidos quedó pendiente de estudio. Cisneros y Betancourt, antes de cerrar la sesión, señaló el día siguiente para la solemne investidura del Presidente de la República y del General en jefe del Ejército Libertador.”