• Santos católicos que celebran su día el 10 de abril:

- En el Almanaque Cubano de 1921:

Santos Ezequiel, presbítero, Pompeyo, mártir y Santas Acelia y Elvigia, mártires

- En el Almanaque Campesino de 1946:

Santos Daniel, Ezequiel, Pompeyo, mártir y Santas Acelia y Elvigia, mártir y Bernardita

El 10 de abril en la Historia de Cuba

• 1869 -

- Asamblea de Guáimaro - La República de Cuba es Proclamada.

Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 207-208 nos describe los acontecimientos del 10 de abril de 1869 en la Historia de Cuba:

   “La compenetración a que llegaron los cubanos en armas en Guáimaro, el 10 de abril de 1869, estaba llamada a ser fecunda. Aunque aislados hasta entonces los movimientos revolucionarios de Oriente, Camagüey y Las Villas, eran en lo fundamental idénticas sus aspiraciones y muy semejantes las direcciones de su espíritu guerrero. Puntos de la trascendencia de la abolición de la esclavitud fueron tratados y resueltos en parecidos términos, con mayor o menor amplitud, pero resueltos al cabo, por la Capitanía General de Oriente, por la Asamblea de Representantes del Centro de Camagüey y por la Junta Revolucionaria de Las Villas. Por otra parte, y a despecho de la diversidad de nombres tomados por aquellos núcleos de libertadores, en todos se hallaba firmemente arraigado el ideal republicano y era definitiva la decisión de no entrar con el adversario en tratos que no estuviesen basados en el reconocimiento de la emancipación de Cuba.

   “Carlos Manuel de Céspedes, Salvador Cisneros y Betancourt, Francisco Sánchez Betancourt, Miguel Betancourt Guerra, Jesús Rodríguez, Antonio Alcalá, José María Izaguirre, Honorato del Castillo, Miguel Jerónimo Gutiérrez, Arcadio S. García, Tranquilino Valdés, Antonio Lorda, Eduardo Machado, Ignacio Agramonte y Antonio Zambrana fueron los hombres que, en representación de los elementos insurreccionados, integraron la Asamblea Nacional. Asumieron su presidencia Carlos Manuel de Céspedes y sus secretarías Ignacio Agramonte y Antonio Zambrana en la primera sesión, celebrada en la mañana del 10 de abril de 1869, en el pueblo de Guáimaro. Quedaron proclamada la República, hecha la pertinente declaración de principios y encomendada a Agramonte y Zambrana la redacción de un proyecto de constitución. En tales actos y acuerdos, sencillos en medio de su importancia extraordinaria, consistió la tarea inaugural, de carácter secreto, de la Asamblea Nacional, en funciones a la sazón de Convención Constituyente.

   “Pocas horas habían transcurrido cuando, el mismo 10 de abril, por la tarde, pudo reunirse nuevamente la Asamblea, para conocer, discutir y votar un proyecto de constitución redactado por Agramonte y Zambrana. En una sola sesión, en la pública efectuada en aquella tarde, fue adoptada la carta fundamental de la República. Este código político, compuesto de veintinueve artículos, creó los poderes públicos de la naciente nacionalidad: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. El Legislativo, que resultó preponderante, iba a residir en la Cámara de Representantes. El Ejecutivo lo ejercería el Presidente de la República. El judicial, por lo que tocaba a su regulación, se dejó a las prescripciones de una ley especial.

   “La obra de la Asamblea Nacional no terminó al quedar adoptada la Constitución. Acuerdo suyo fue escoger la bandera creada y enarbolada por Narciso López como pabellón de la República. Menester era dejar en marcha las instituciones de la República. Por asentimiento unánime de todos los elementos en estrecho y cordial abrazo confundidos en Guáimaro, el 11 de abril los propios componentes de la Asamblea Nacional, a excepción de Céspedes, integraron la Cámara de Representantes.”