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Géminis |
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Bachiller y Morales |
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7 de Junio |
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El que suena el caracol |
• Santos católicos que celebran su día el 7 de junio: |
- En el Almanaque Cubano de 1921: |
Santos Pablo, obispo, Pedro, mártir y Roberto, confesor y Santa Genivera, virgen y mártir |
- En el Almanaque Campesino de 1946: |
Santos Pablo, obispo, Pedro, mártir y Roberto, confesor y Santa Cenivera, virgen y mártir |
• Natalicios cubanos: |
Bachiller y Morales, Antonio: -Nació en La Habana el 7 de junio de 1812 y en ella murió el 10 de enero de 1899. Estudió en el Seminario de San Carlos, recibiéndose de abogado en 1839, después de brillantísima carrera. Colaboró en la mayor parte de periódicos y revistas de su tiempo con distintos seudónimos. Poeta, dramaturgo, escritor siempre correcto, sobre temas agrícolas, que mereció por ellos el elogio del gran Poey, biógrafo, historiador y catedrático. |
El 7 de junio en la Historia de Cuba |
• 1935 - |
- De la Iglesia Católica en Cuba: Cuba y la Santa Sede establecen relaciones diplomáticas. |
• 1494 - |
- Colón en el Surgidero de Batabanó. |
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 323-324 nos describe los acontecimientos del 7 de junio de 1494 en la Historia de Cuba: |
“Al zarpar, en su segundo viaje, de la bahía de Cádiz, en septiembre de 1493, Cristóbal Colón sentía el deseo de cerciorarse de si la tierra que había llamado Juana era tierra firme. Planeaba reconocer uno de los lugares visitados en la anterior expedición, y partir de allí con rumbo al Poniente a examinar las costas por la parte del Sur. Estando en la creencia de que eran tales confines los de Asia, suponía que, navegando hacia Occidente, llegaría a los países semibárbaros, pero ricos y comerciales, descritos por Marco Polo. Todo ello, fruto de su ardiente imaginación, lo arrastraba al campo engañoso de las ilusiones y le abría sendas risueñas por donde esparcía las esperanzas de nuevas y gloriosas empresas. Por eso, al referirle, en las exploraciones a lo largo de las costas meridionales de Cuba, un cacique y otros cobrizos que, siguiendo en la dirección que llevaba, alcanzaría buenos informes de los habitantes de una provincia vecina llamada Magon, sonó este nombre en los oídos de Colón como una revelación felicísima, pues pensó que debía de ser. Mango, la más rica del Gran Can. |
“Colón, poseyendo tales noticias, creyó que se acercaba a un pueblo de civilización y vida superiores a las de cuantos había descubierto y visitado en el Nuevo Mundo. Ningún hecho real ni indicio positivo alguno abonaron antes de llegar al surgidero que después se llamó de Batabanó las presunciones abrigadas por el Almirante. Fue allí, frente a un litoral cubierto de manglares densísimos y cercanos a un hermoso bosque de palmas, donde Colón pudo suponer que se confirmaban sus atrevidas esperanzas. |
“Colón se halló en el Surgidero de Batabanó el 7 de junio de 1494. Desde su nave envió una partida a hacer aguada y proveerse de leña. La partida fue sorprendida por las exclamaciones de un ballestero que pedía en claro castellano auxilio y que, reconocido al acercarse como uno de los que habían saltado a tierra momentos antes, dijo, volviendo de la agitación y el estupor de que se vio presa, que apenas se interno en el bosque se le apareció un hombre de forma y color iguales a las de él vestido con un ropaje blanco y seguido de unos treinta trajeados de la misma manera, con el manto recogido y armados de lanzas y varas. |
“Los compañeros del ballestero en fuga quedaron admirados al escuchar su relato. A Colon produjo extraordinario e inefable contento la noticia de aquellos naturales trajeados y armados. Para el Almirante tales gentes eran los habitantes vestidos de Magon y, sobre todo, la señal segura de que iba a entrar en un país civilizado. Las exploraciones y pesquisas posteriores desvanecieron, sin embargo, las halagüeñas esperanzas concebidas al calor de la fe y del entusiasmo infundidos por la narración del ballestero. Colon despacho partidas en los días siguientes al 7 de junio de 1494, a fin de reconocer la comarca, en la que solo pudieron observar bosques espesos y vírgenes, huellas de cocodrilos, algunas bandadas de grullas de doble tamaño que las de Europa, sin caminos, veredas o cualquier otro indicio de la existencia de un pueblo adelantado.” |
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